CONVERSACIÓN ANDINA Y ESCRITURA
Lic. MOISÉS LUNA VARGAS
La demanda del campesino e indígena de hoy es el “iskay
yachay”, que es el aprender y respetar su cultura y también el aprendizaje de
la cultura moderna a través del aprendizaje del castellano (hablar, leer y
escribir).
A partir de esta premisa se debe analizar cómo poder hacer realidad la petición del campesino, si sabemos que el hombre andino no tiene una tradición del lenguaje escrito, sino es predominantemente oral y una característica de este tipo de lenguaje es que la naturaleza y las deidades son consideradas personas que viven y conversan como los humanos, Además también debo añadir que la oralidad es poroso e incluyente ,porque todos hablan en la comunidad; la naturaleza, las deidades, el hombre y nadie está por encima de nadie, todos son diferentes y todos se crían entre sí.
El lenguaje se recrea continuamente
cuando un runa observa la seña de una planta para el sembrío el runa se hace
planta y siente como planta y a su vez
la planta se hace runa, entonces una persona se hace más sabia en la vida
cuánto más haya hecho la vida de otras, según la cosmovisión andina la
diversidad no es un estado permanente sino constante está dispuesto a estar
abierto a integrar, pero también a dejar salir.
También mencionaremos como otra característica del lenguaje oral la
relación estrecha entre el ser humano y la naturaleza y como consecuencia de
esto lo que se manifiesta está ligado a lo que en ese momento se dice en esa
circunstancia, por ejemplo tú no puedes hablar del puma por más que te haya
hecho porque si pronuncias su nombre estarás llamándolo para que te vuelva a
hacer daño. Como dice Grillo, “ la palabra es parte consustancial del hecho al
que se hace referencia como también es parte de quién la pronuncia. Hay una
relación e inmediatez entre quién habla y lo que dice”.
En el mundo andino la palabra está viva,
por ello puede asumir diferentes significados de acuerdo a la circunstancia, es
por ello que se hace difícil la
traducción del quechua, porque se pierde su sentido y si la persona que traduce
no ha tenido la vivencia cultural la dificultad se eleva.
La palabra para el andino tiene mucho
valor, cuando aprenden algo ellos dicen que ese aprendizaje se les ha quedado
en el corazón.
A diferencia del lenguaje oral, el
lenguaje escrito en ella no figura el habla de la naturaleza, porque cuando se
aprende el castellano en la escuela se realiza sistemáticamente una violencia
cultural, ya que en la escuela no se valora el lenguaje con la naturaleza y se
le enseña el castellano y al mismo tiempo se le obliga a aprender de golpe la
abstracción propia de la cultura moderna. La escritura está alejada del
lenguaje de la naturaleza y se dice que el lenguaje más elaborado proviene de
la escritura y es exclusividad del uso del ser humano y la filosofía occidental
se ha construido en base a la estructura lingüística gráfica. En el mundo
accidental la palabra escrita se convierte en realidad.
El aprender el castellano como segunda
lengua , luego de apender a leer y ascribir en su lengua materna no garantiza
que nuestros niños no se hayan alejado de la naturaleza o que hayan
desarrollado un tipo diferente de forma de expresarse con relación a los
miembros de su comunidad. Podemos concluir de esto que la escuela está siendo
un medio para erosionar la cultura andina. El aprender una segunda lengua no
debe implicar el olvido de sus tradiciones.
Se debe generar “espacios de confianza
intercultural”, donde se le haga notar a los niños que se aprecia a su cultura
de origen y o se les causa angustias en su aprendizaje.La diversidad
lingüística no debe ser un instrumento que divide a los pueblos sino más bien
un medio para enriquecernos culturalmente.
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